En la mira

El viejo indio está en la toldería, plegado en sí mismo, meditando acerca del universo o acaso de sus ancestros. Más allá los niños corretean, cerca de las mujeres que se higienizan en grupo. El indio mira a los niños y adivina en ellos a los futuros guerreros de su raza; sin embargo, no sabe que a su vez es observado.
Detrás de los arbustos lejanos, el blanco acecha. Son un centenar, sus fusiles preparados, la sangre en las venas fluyendo como mil caballos, y el sol castigando el desierto como un manto de fuego. La tropa espera la orden que tarda en llegar.
Los niños gritan y ríen mientras corren. Uno de ellos se aleja del grupo y se acerca peligrosamente a los arbustos. Los ojos del aborigen se cruzan un segundo con los del soldado; suficiente para que al niño se le hiele la sangre, y su rostro se altere hasta el llanto.
El soldado, que tiene en la mira al niño, duda un instante. No sabe si disparar o no. Es un niño, piensa, sólo eso. Después de todo, ellos estuvieron antes, y esas tierras les pertenecen. Pero la orden es estricta: matar a los indios y tomar las tierras.
Una gota de sudor corre desde la frente del soldado y cae en la arena. Justo en ese momento, la gota, una orden y el primer disparo se manifiestan. Y el estallido de la gota en la arena se confunde con el grito de “Fuego”, y con la bala que sale del fusil en línea recta hacia el pequeño. El cuerpo del niño cae en la arena como la gota de sudor, y es el cacique, allá en la toldería, quien da cuenta del primer caído. Cuando intenta reaccionar, una lluvia de balas se le mete en el cuerpo mientras otra gota, esta vez de llanto, se escurre en el polvo del desierto. En un último estertor el viejo indio ve el enjambre de soldados como en un sueño. Siente que la vida se le sale del cuerpo y no puede creer la espontánea masacre de los suyos.
La tarde se lleva los colores y con ella, los últimos gritos de los que aún permanecen con vida. Ya entrada la noche la llanura se convierte en un inmenso camposanto.

Marcelo N Motta
Enero 2012

Ulises

Allí está, parado como un guardián, junto a la inmensa puerta marrón que da a la calle Riobamba. Recibe vastas caricias y mimos de los ocasionales caminantes. Se puede percibir la tristeza en la mirada del felino. Su pelo marrón claro y sus enormes ojos de un tono más profundo denotan la fineza de sus rasgos. De patas largas y cuerpo estilizado, semeja un puma en menor escala.


Nadie sabe si recuerda o extraña a sus dueños. Hace aproximadamente dos meses que los amplios jardines del Palacio de las Aguas albergan su presencia. Lo trajo la noche, o la lluvia, no sabemos bien. Lo cierto es que apareció. Mi compañero Pablo lo bautizó “Ulises”.

“Un gato especial”, dijo alguien. Y tiene razón: Él es un gato especial. Sabe leer en la mirada de los humanos, prorrumpe en una atiborrada verborragia gatuna cuando tiene hambre, y ciertamente se hace entender cuando algo le gusta, o no.

Ulises tiene el porte de su homónimo, el homérico. Y es tan singular como éste. Los dos, de alguna manera, vivieron su odisea.

Allí está él, esperando, extrañando, tal vez sufriendo por dentro. Pero el sufrimiento no es eterno.

Un día le dije a mi mujer: “Hay un gato abandonado en mi trabajo”. Y la bendita contestación de ella: “si querés, traelo”. Y así fue.

Desde el 15 de junio Ulises pasó a formar parte de la familia, y se hizo amigo de rincones, de lugares nunca antes explorados, de comidas, aromas y presencias nuevas y cambiantes. Los corazones se enternecen al verlo dormir. Tal vez su pensamiento vague entre lo nuevo y lo recordado, entre aquellos dueños porteños y éstos de la provincia. No lo sabemos, aunque eso no importa ahora. Lo verdaderamente importante es que Ulises tiene un nuevo hogar y nuevos dueños que lo cubren de mimos. La simbiosis es perfecta: el gato nos devuelve el mismo amor que nosotros le brindamos diariamente. Tan simple como eso.

Marcelo N Motta.
Enero 2012.

          LIBROS EN  VENTA EN FORMATO DIGITAL A U$S 10 (SÓLO FUERA DEL PAIS) 
 MEDIANTE GIRO POSTAL POR WESTERN UNION
         
                                          
      SI DESEAS EL LIBRO EN FORMATO PAPEL SÓLO ESCRIBÍ A ESTE MAIL:
      marcelusmottae@hotmail.com


    Y ME COMUNICARÉ CON VOS A LA BREVEDAD PARA FIRMARTE EL LIBRO
nota: Los precios que figuran debajo sólo son validos en Argentina
OFERTA!!!! SI LLEVAS "13 CUENTOS OSCUROS" Y "OTROS 13 CUENTOS OSCUROS" SÓLO PAGÁS $55

                                                                    

$30

$30

$30

$35